La Diana cazadora, Dayna, Dana, Diana, Daiana, Nada, Nadia, Nair, Nadir…

Por Lic. Tamara Le Gorlois
Cuadro: Diana y sus lebreles. Gaston Casimir Saint-Pierre (1833-1916). 

El lenguaje avéstico, que recibe este nombre por ser el escrito en el Avesta –textos sagrados de la religión zoroástrica–, fue hablado por el antiguo grupo iranio de la Persia septentrional. Se considera una lengua indoeuropea hermana del sánscrito védico y es, de las antiguas lenguas iraníes, la mejor atestiguada junto con el antiguo persa; suerte que no tuvieron el medo y el escita, lenguas apenas conocidas por palabras trasmitidas ocasionalmente en otros idiomas.
Los textos avésticos nos llegan con contenidos religiosos del zoroastrismo (de mediados del primer milenio a. C.) y textos poéticos impregnados de mitología y tradiciones épicas del antiguo Irán (por lo general anteriores al zoroastrismo).

Del lenguaje avéstico nos llega la palabra Daena (pronúnciese daina, o din en persa moderno), concepto zoroástrico que representa la intuición y la revelación; la "consciencia" o "religión" entendida como el volver a ligarse con lo divino.
Daena significa "El camino de la luz" o "lo que es visto u observado", donde "dae", se pronuncia "day" y significa "luz" (vocablo celebrado como uno de los 30 días del mes, por lo general reservado como un atributo de la divinidad) y "na", que se pronuncia "naa", quiere decir "el camino de".
Las dos sílabas ("day" y "naa") se han utilizado como nombres en idiomas de origen indoeuropeo como Dayna, Dana, Diana, Daiana, Nada, Nadia, Nair o Nadir.
Daena es considerada una divinidad yazata o persa, al igual que Ashi, Haoma y Mitra, y es mencionada en los Gathas, serie de diecisiete himnos supuestamente escritos por Zoroastro. Es nombrada brevemente en el Gatha Ahunavaiti tanto como en el Gatha Ushtavaiti, asociada a la recompensa que los fieles recibirán en el Más Allá tras una vida iluminada.
Esto no difiere de su representación en escritos posteriores avésticos, como el Vendidad, donde Daena es mostrada como psicopompo que guía a las almas buenas y puras a la Casa de los Cantares, el paraíso zoroástrico, el ascenso de nivel en el camino alquímico, en tanto que las almas que no buscaron su sublimación son arrastradas a la Casa de las Mentiras, supuesto lugar de castigo. La iconografía que acompaña este concepto, representa a Daena como una hermosa doncella de finas vestiduras secundada por dos perros. El perro o lebrel es figura recurrente al momento de representar al psicopompo, fiel guía y guardián de las almas iluminadas. Y de estos conceptos deriva el de Diana cazadora acompañada por sus lebreles.
El sacerdote y erudito zoroastriano Maneckji Dhalla escribe en su Teología zoroástrica que en el amanecer del cuarto día después de la muerte aparece al alma su propia daena o consciencia religiosa en forma de bellísima doncella.

"Entonces llega la bien formada, fuerte, hermosa doncella, con dos perros a ambos lados, vistiendo una prenda ajustada y diadema, feliz y sabia. Hace que las almas de los justos suban al alto Hara y les dirige para cruzar el Puente Cinvat en presencia de los yazatas espirituales."
Videvdad 13.9

La ley eterna Daena fue revelada a la humanidad mediante los Mathra-Spenta ("Palabras Sagradas"). Daena hace referencia a la fe, la religión, la ley, incluso como traducción del término Dharma de los hindúes y budistas, interpretado como "deber", orden social, conducta virtuosa.

La metáfora del "camino" de Daena es representada en el zoroastrismo por el Sudre o Sudra (la camiseta sagrada), el camino ventajoso, el de la justicia, el "Buen o Santo Camino" y la faja Kusti o cordón sagrado (equivalente a la prenda ajustada o fajada de la doncella) de 72 hilos que se coloca sobre el Sudre, indica la dirección correcta a seguir por ese camino, los límites apropiados. La palabra Kusti puede significar "el que encuentra el Camino" o "lo que señala la dirección correcta o la ruta", en analogía al hilo de Ariadna. Kusti también distingue a aquellos que están en el lado kust (es decir, los que creen) del zoroastrismo.
Algunos toman esta palabra Kusti ser kishti, traducida como barco, la nave psicopompa, que como pez, delfín o ballena nos hace navegar en aguas Primordiales y lleva al refugio de la justicia. Cualquiera sea la interpretación, Kusti simboliza e indica la dirección en el camino de la rectitud.

El hilo retorcido (en realidad lana de cordero, símbolo de inocencia y pureza) de la Kusti pasa 72 veces alrededor del telar. Representa los 72 temas del Yasna divididos en seis capítulos –seis festivales (Gahambars) de un año zoroástrico–, cada uno con doce temas –los doce meses del año–. Es un hilo continuo que se hace pasar, en el proceso de tejer, a través de cada una de las seis líneas. Cuando el tejido está casi terminado, se retira del telar y es entregado a un sacerdote que le dará corte y consagrará. Es privilegio de las mujeres de la clase sacerdotal tejer y elaborar el cordón sagrado, y es el privilegio del sacerdote cortarlo, formar las seis borlas y la santificarlo.

Se gira la Kusti, que es hueca, de adentro hacia afuera, el giro simboliza el paso del alma desde lo corporal hacia el mundo espiritual, y el hueco, el espacio entre este mundo y el siguiente, la duplicación que esto produce, es la conexión entre el mundo corpóreo presente y futuro del mundo espiritual, y la unión final de todos los hilos, símbolo de la fraternidad universal.

El Sudre y Kusti de los parsis recuerda las prendas de vestir blancas y el cinturón de los esenios; el Janôi o hilo sagrado de los brahmanes y el cordón usado por los frailes franciscanos alrededor de sus cinturas.

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