El
lenguaje avéstico, que recibe este nombre por ser el escrito en el Avesta –textos
sagrados de la religión zoroástrica–, fue hablado por el antiguo grupo iranio
de la Persia septentrional. Se considera una lengua indoeuropea hermana del
sánscrito védico y es, de las antiguas lenguas iraníes, la mejor atestiguada junto
con el antiguo persa; suerte que no tuvieron el medo y el escita, lenguas
apenas conocidas por palabras trasmitidas ocasionalmente en otros idiomas.
Los
textos avésticos nos llegan con contenidos religiosos del zoroastrismo (de mediados
del primer milenio a. C.) y textos poéticos impregnados de mitología y
tradiciones épicas del antiguo Irán (por lo general anteriores al zoroastrismo).
Del
lenguaje avéstico nos llega la palabra Daena (pronúnciese daina, o din en persa
moderno), concepto zoroástrico que representa la intuición y la revelación; la
"consciencia" o "religión" entendida como el volver a
ligarse con lo divino.
Daena
significa "El camino de la luz" o "lo que es visto u
observado", donde "dae", se pronuncia "day" y
significa "luz" (vocablo celebrado como uno de los 30 días del mes,
por lo general reservado como un atributo de la divinidad) y "na", que
se pronuncia "naa", quiere decir "el camino de".
Las
dos sílabas ("day" y "naa") se han utilizado como nombres en
idiomas de origen indoeuropeo como Dayna, Dana, Diana, Daiana, Nada, Nadia, Nair
o Nadir.
Daena
es considerada una divinidad yazata o persa, al igual que Ashi, Haoma y Mitra,
y es mencionada en los Gathas, serie de diecisiete himnos supuestamente
escritos por Zoroastro. Es nombrada brevemente en el Gatha Ahunavaiti tanto
como en el Gatha Ushtavaiti, asociada a la recompensa que los fieles recibirán en
el Más Allá tras una vida iluminada.
Esto
no difiere de su representación en escritos posteriores avésticos, como el
Vendidad, donde Daena es mostrada como psicopompo que guía a las almas buenas y
puras a la Casa de los Cantares, el paraíso zoroástrico, el ascenso de nivel en
el camino alquímico, en tanto que las almas que no buscaron su sublimación son
arrastradas a la Casa de las Mentiras, supuesto lugar de castigo. La
iconografía que acompaña este concepto, representa a Daena como una hermosa
doncella de finas vestiduras secundada por dos perros. El perro o lebrel es
figura recurrente al momento de representar al psicopompo, fiel guía y guardián
de las almas iluminadas. Y de estos conceptos deriva el de Diana cazadora
acompañada por sus lebreles.
El
sacerdote y erudito zoroastriano Maneckji Dhalla escribe en su Teología
zoroástrica que en el amanecer del cuarto día después de la muerte aparece al
alma su propia daena o consciencia religiosa en forma de bellísima doncella.
"Entonces
llega la bien formada, fuerte, hermosa doncella, con dos perros a ambos lados,
vistiendo una prenda ajustada y diadema, feliz y sabia. Hace que las almas de
los justos suban al alto Hara y les dirige para cruzar el Puente Cinvat en
presencia de los yazatas espirituales."
Videvdad
13.9
La
ley eterna Daena fue revelada a la humanidad mediante los Mathra-Spenta
("Palabras Sagradas"). Daena hace referencia a la fe, la religión, la
ley, incluso como traducción del término Dharma de los hindúes y budistas, interpretado
como "deber", orden social, conducta virtuosa.
La
metáfora del "camino" de Daena es representada en el zoroastrismo por
el Sudre o Sudra (la camiseta sagrada), el camino ventajoso, el de la justicia,
el "Buen o Santo Camino" y la faja Kusti o cordón sagrado (equivalente a la prenda ajustada o fajada de la doncella) de 72 hilos
que se coloca sobre el Sudre, indica la dirección correcta a seguir por ese
camino, los límites apropiados. La palabra Kusti puede significar "el que
encuentra el Camino" o "lo que señala la dirección correcta o la
ruta", en analogía al hilo de Ariadna. Kusti también distingue a aquellos
que están en el lado kust (es decir, los que creen) del zoroastrismo.
Algunos
toman esta palabra Kusti ser kishti, traducida como barco, la nave psicopompa,
que como pez, delfín o ballena nos hace navegar en aguas Primordiales y lleva
al refugio de la justicia. Cualquiera sea la interpretación, Kusti simboliza e
indica la dirección en el camino de la rectitud.
El
hilo retorcido (en realidad lana de cordero, símbolo de inocencia y pureza) de
la Kusti pasa 72 veces alrededor del telar. Representa los 72 temas del Yasna divididos
en seis capítulos –seis festivales (Gahambars) de un año zoroástrico–, cada uno
con doce temas –los doce meses del año–. Es un hilo continuo que se hace pasar,
en el proceso de tejer, a través de cada una de las seis líneas. Cuando el
tejido está casi terminado, se retira del telar y es entregado a un sacerdote que
le dará corte y consagrará. Es privilegio de las mujeres de la clase sacerdotal
tejer y elaborar el cordón sagrado, y es el privilegio del sacerdote cortarlo,
formar las seis borlas y la santificarlo.
Se
gira la Kusti, que es hueca, de adentro hacia afuera, el giro simboliza el paso
del alma desde lo corporal hacia el mundo espiritual, y el hueco, el espacio
entre este mundo y el siguiente, la duplicación que esto produce, es la
conexión entre el mundo corpóreo presente y futuro del mundo espiritual, y la
unión final de todos los hilos, símbolo de la fraternidad universal.
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