Según las estadísticas, febrero es el mes que reporta, a
nivel mundial, la mayor tasa de nacimientos. De ello que se considere el mes de
los cumpleaños, del amor, de la amistad, y de las fiestas (como San Valentín, Carnaval,
Candelaria…).
Algunas de ellas derivan de la antigua festividad pagana de
las “lupercales”, nombre que proviene de lupus (lobo o perro), que junto a
hircus (macho cabrío) representaban a Fauno Luperco, el protector del ganado.
En esta fiesta se sacrificaban un lobo y una cabra, y sus
pieles se cortaban para hacer correas o fustas llamadas februa o februum de las
cuales deriva el nombre del mes de febrero.
Entonces se seleccionaba entre los ciudadanos más ilustres de
la ciudad, unos luperci (“amigos del lobo”), adolescentes que sobrevivían en el
bosque de la caza durante su iniciación a la edad adulta, lo que se consideraba
un tiempo sagrado y de transición en que se comportaban como lobos humanos. Luego
se reunían en la gruta del Lupercal en el monte Palatino –Roma–, donde según la
tradición, Fauno Luperco, bajo la forma de loba (Luperca), había amamantado a
Rómulo y Remo. La fiesta se hacía en honor a esta loba, coincidiendo con el 15
de febrero del calendario gregoriano, siendo entonces el último mes del año.
Los jóvenes, apenas cubiertos con piel de los animales
sacrificados, y pintados con la misma sangre, azotaban ritualmente con las
tiras de piel o februas a quienes cruzaban a su paso, en acto de purificación y
fertilización.
Entonces, las romanas que padecían esterilidad, al consultar
al oráculo, escuchaban a Juno decirles: "Madres del Lacio, que os fecunde
un macho cabrío velludo". Por esto los luperci iban desnudos golpeando con
el látigo como si fuera un miembro viril. A las mujeres, los “azotes” les ponía
la piel de color púrpura, color que identificaba a las prostitutas. De este
color se vistió Helena de Troya para ofender a su marido Menelao.
Con el tiempo, las fiestas paganas fueron prohibidas, y en
este caso, el Papa Gelasio I (año 494), la cristianizó sustituyéndola por el 14
de febrero, fecha en la cual había sido martirizado san Valentín.
También de ellas deriva hoy el carnaval gallego, donde se
azota a la gente con sutiles fustas de cuero, con cencerros en honor a los
pastores de quienes Fauno Luperco era dios.
En febrero también comenzó a celebrarse la liturgia de la
Presentación (de Jesús en el templo para su circuncisión), ya que el 2 de
febrero se cumplen cuarenta días desde la fecha que san Ambrosio fijó como
nacimiento de Cristo para desterrar el festejo pagano al Sol. El 2 de febrero
representa la Fiesta de la Candelaria, en donde las velas o candelas llevadas
en procesión, evocan la luz sagrada (candela o cirio) que la Virgen portaba al
entrar al templo para hacer circuncidar al niño Jesús. Así la procesión de
candelas, cánticos y letanías reemplazó a la procesión de antorchas de los
paganos invocando la fertilidad que procuraba Fauno Luperco.
Lic. Tamara Le Gorlois
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