Confitería del Molino: nuevo intento para reabrirla

Quieren expropiarla y cedérsela a un privado que la restaure y la explote comercialmente.
Fundada en 1905 en la esquina de Rivadavia y Callao, cerró sus puertas en 1997.
Inaugurada en 1917, la Confitería del Molino es joya del estilo art noveau, paisaje emblemático de Buenos Aires y refugio de poetas y políticos. Languidece desde hace más 12 años en la esquina de Callao y Rivadavia.

Mientras su imponente fachada se deteriora año a año, se puso en marcha un nuevo intento para rescatarla: la Legislatura de la Ciudad estudia un proyecto de ley para declararla de utilidad pública "por su valor histórico y cultural", expropiarla y cederla a un concesionario privado que la restaure y la explote comercialmente.

Por: Daniel Gutman, Clarín 20 de mayo 2009
La iniciativa establece que el Estado compraría únicamente la confitería, que es el 45% del total de la propiedad, y no los departamentos que se ubican encima del local, que forman parte de la misma propiedad. Si la ley es aprobada, el Banco Ciudad tendría que tasar la confitería, cuyo valor rondaría los 7 millones de dólares. En cuanto a la restauración, solamente la fachada costaría un millón de dólares. Otra inversión importante habría que hacerla en el interior, que mantiene en buenas condiciones sus vitrales italianos, los mármoles y las arañas pero tiene sus cielorrasos deteriorados.

A pedido del Poder Ejecutivo de la Ciudad, en el proyecto se contempla que sea el privado que se haga cargo de la concesión el que lleve a cabo la restauración y que lo invertido sea deducido del canon.

En estos años hubo varios intentos para recuperar la confitería, pero todos fracasaron. Ahora, la diputada Teresa de Anchorena (Coalición Cívica) presentó este proyecto que tiene consenso en la oposición. Consideran que al ser está iniciativa más acotada tiene buenas chances de prosperar.

El edificio, con su característica torre aguja, fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1997, pero ello no impidió su deterioro. En 2005, incluso hubo que utilizar una grúa de Bomberos para retirar trozos de mampostería y de vitrales de la cúpula, ante el riesgo concreto de que cayeran a la calle.

Desde el lado del PRO, el vicepresidente de la comisión de Cultura, Avelino Tamargo, puso sin embargo reparos. "La propiedad de la Confitería del Molino se está discutiendo judicialmente desde hace años. Por eso considero que hay que dejar que se aclare quién es el dueño antes de expropiarla. Mientras tanto, tenemos que trabajar en la conservación de su exterior y de su interior. Y evitar que se haga allí un emprendimiento comercial que no respete su historia".

"La propiedad de la confitería es un misterio", dijo en la misma línea Florencia Barcina, asesora de la subsecretaría de Cultura. "Mientras no se apruebe la ley y pase a propiedad del Estado no podemos hacer nada", agregó.

Anchorena, de todas maneras, contó que se comunicó con ella un representante de la familia Rocatagliatta, descendiente de Cayetano Brenna, un maestro pastelero italiano que inauguró el edificio: "Me dijo que habían conseguido capitales para restaurar la confitería. Si es así y obtienen la aprobación de la comisión de Monumentos Históricos puede prosperar. Lo importante es que Buenos Aires recupere la Confitería del Molino".

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