Un Papa rotario

Por Lic. Tamara Le Gorlois

Desde la Sede Central del Rotary International en Evanston, Illinois, Luis Vicente Giay, miembro del Rotary Club de Arrecifes y ex Presidente (2000-2001) del Rotary International, informa que el Papa Francisco I es rotario honorario del Rotary Club de Buenos Aires desde 1999, a su vez, Bergoglio recibió el premio “Laurel de Plata de la Personalidad del Año” en el 2013.

Jorge Mario Bergoglio nació el 17 de diciembre de 1936, y es, desde el 13 de marzo de 2013, el Papa 266a de la Iglesia Católica. Eligió su nombre Francis (latín: Franciscus) en honor al co-fundador de la Compañía de Jesús, Francisco Javier al devenir en el primer Papa americano. Previamente se había desempeñado como arzobispo de Buenos Aires desde 1998, y había sido promovido a Cardenal en el 2001.

El Rotary International, por su lado, fue fundado en 1905 como una sociedad paramasónica, o sea que su fundador, Paul Harris, como el resto de los socios fundadores, ya pertenecían a la masonería (estadounidense en este caso), y buscaban fundar un club o sociedad, con principios masónicos, donde pudieran tomar membresía otros adeptos no iniciados en la masonería. Es así que le imprimieron al club características propias de la masonería, tales como la de respetar el sincretismo ideológico, sea político o religioso en el seno de las reuniones, convocando a líderes como miembros de esta sociedad abocada a la filantropía y el servicio.
El lema que le inspiró su fundador, a su vez, delata gran desprendimiento y generosidad: “Dar de si antes que pensar en si”, a lo cual se le puede complementar otra frase rotaria: “más satisfacción se siente en dar que en recibir”.

La exhortación de Francisco al servicio también condice con la proclama de quien fue el presidente mundial de los rotarios –el japonés Sakuji Tanaka– en el momento de asumir como Papa: “Trabajar por la paz a través del servicio”.

¿Qué dice la Iglesia?

La Iglesia Católica censura que los rotarios fundamenten la moral sin hacer referencia a la figura de Cristo ni a la Iglesia Católica Apostólica Romana, reconocida por sí misma como Única Iglesia (el magisterio enseña que Extra Ecclesiam nulla salus y que «la religión católica [...] por ser la única verdadera, no sin suma injuria se la iguala con las demás» (León XIII, Encíclica Humanum genus, 6). Esto quiere decir que para la visión dogmática de la Iglesia, un cristiano católico no puede vivir su relación con Dios de manera ambigua, escindiéndola en una forma humanitario-supraconfesional y en una forma interior-cristiana. Éste no puede cultivar relaciones diversas con Dios, ni expresar su relación con el Creador por medio de formas simbólicas de otras especies.

En la Admonición pastoral del Cardenal Primado de Las Españas y Arzobispo de Toledo (23 de enero de 1929), sobre las «instituciones neutras», entre las que se incluyen la «International Rotary Club», el Emmo. y Rvdmo. Dr. Pedro Segura y Sáenz (1880-1957), apunta la mira dogmática a las denominadas instituciones neutras que «ocultan la negación de la moral verdadera y de la verdadera Religión, que tratan de sustituir con una moral y una religión que no es la de Jesucristo», «mientras predican una moral sin religión para llegar a la paz universal», «debajo de un aspecto comercial, recreativo, pedagógico, filantrópico, internacional, neutral, pero siempre laico». Incluye de esta manera al Rotary Club entre las asociaciones «suspectis aut quae se etudeant sese a legitima Ecclesiae vigilantia subducere», asociaciones sospechosas o que procuran evadir la vigilancia legítima de la Iglesia del canon 336 del Código de Derecho Canónico (Codex Iuris Canonici, 1917).

El 4 de febrero de 1929, la Santa Sede prohíbe a los sacerdotes participar en reuniones rotarias ya fuera como miembros o como invitados [el famoso «non expedire»]. Esta prohibición se reafirma con el Decreto de la Sagrada Congregación del Santo Oficio de 20 de diciembre de 1950, pero tal parece que no fue tenida en cuenta por el flamante arzobispo de Buenos Aires cuando el 26 de julio de 1999, Monseñor Bergoglio le agradece al presidente del Rotary Buenos Aires, Sr. Juan Carlos Becciú, haberle confirmado el día 23 del corriente como Socio Honorario de la Institución.

Lo importante de todo esto es que una vez más la fuerza divina trasciende la voluntad de los hombres, y los cambios llegan.

Referencias:
http://statveritasblog.blogspot.com.ar/2013/03/el-rotary-club-felicita-su-ex-socio.html
https://www.rotary.org/es
Cf. Sanctum Officium, Epistula ad Archiepiscopum Bostoniensem (8 augusti 1949): DS 3866-3872; Catecismo de la Iglesia Católica, 846-848; Compedio del Catecismo de la Iglesia Católica, 171.

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