Gorrión común (Passer domesticus)




Adaptado a vivir cerca del ser humano, muestra mayor confianza en ambientes urbanos que en zonas rurales.

Originario de Eurasia y el Norte de África, ha sido introducido por el hombre en el resto de los continentes, a excepción de la Antártida.

Se alimenta de insectos y semillas, desperdicios producidos por el ser humano, mariposas, y algunas flores.

Su peso es de alrededor de 30 g y mide de 14 a 16 cm de longitud total (el macho suele ser algo más grande que la hembra). Es de conformación robusta y patas cortas, pico grueso, fuerte y cónico. El plumaje del lomo es pardo, con manchas negras y rojizas.
Los machos poseen una mancha negra en forma de babero que cubre parte del pecho y la garganta. La frente, la coronilla y la nuca son grises.

Las hembras muestran colores más apagados que los machos: su cabeza es parda y las cejas claras; además, no poseen negro en la garganta, característica típica de los machos.
La cría, conocida como gurriato, tiene plumaje similar al de la hembra.
Son aves sedentarias y gregarias, pero aún así pueden verse defendiendo con agresividad su territorio alrededor del nido, tanto de otras especies como de individuos de su misma especie: los machos atacan a otros machos y las hembras hacen lo propio con otras hembras.

Forman parejas monógamas en cada estación de reproducción. Construyen los nidos en primavera con hojas secas, plumas y pedazos  de papel. Pueden anidar también en grietas de construcciones, debajo de tejas o en troncos de coníferas. Ponen de cuatro a cinco huevos en cada puesta, logrando hacer hasta cuatro puestas, en cualquier momento de la primavera.

Tanto el macho como la hembra se turnan para incubar los huevos (rotando cada pocos minutos) una vez que todos han sido depositados en el nido. A los diez días los huevos eclosionan, y a los catorce días los polluelos ya están emplumados.

Lic. Tamara Le Gorlois

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