Lic. Tamara Le Gorlois
En Facebook: Musas
Las musas protegen las artes, las ciencias y las letras. También patrocinan al iniciado y al filósofo; y al igual que las Artes Liberales, se expresan en forma exotérica y esotérica.
Al principio eran tres:
Mnemea (la memoria)
Aedea (el canto, la voz)
Meletea (la meditación)
Esta tríada luego se potenciaría deviniendo en nueve.
Como deidades benéficas, tienen el fin de hacer cesar la angustia y olvidar el mal.
En su esencia está la inmortalidad, ya que amalgaman el Presente, el Pasado y el Futuro.
Platón (año 401 a. C.), ya sostenía que estas mediadoras entre dioses y poetas o creadores intelectuales son nueve.
Según la mitología griega, nacen de Zeus (o Júpiter) y Mnemósine, la personificación de la memoria, Titanida hija de Urano y Gea (tía de Zeus). Las musas fueron engendradas en nueve noches consecutivas, naciendo en un parto múltiple.
También son llamadas las hijas de la Memoria, las Doctas Hermanas, las Nueve Hermanas o las Ninfas de la doble colina. Se las representa jóvenes, bellas, sencillas, sentadas a la sombra de un laurel o de una palmera dándose las manos, o danzando presididas por Apolo con su lira, quien recibe el mote de Musagetes, o sea, guía o jefe de las musas.
1. Clío, la musa de la historia,
porta una corona de laureles, una tablilla, y un estilete, y se le agrega un cisne o alas de cisne. Buscaba mantener vivo el recuerdo de los grandes triunfos y los actos generosos. Al igual que Calíope, una corona de laureles le ciñe sus sienes, lleva una trompeta en su diestra, y un libro abierto o un pergamino en la sinistra.
2. Calíope, por ser la musa de la poesía épica, heroica y la elocuencia, está coronada con laureles (o con una diadema de oro). También se la ve con un estilete, una trompeta (de la fama), una tablilla o un libro (o las mejores poesías épicas: la Ilíada, la Odisea y/o la Eneida).
3. Urania, la musa de la astronomía, de la astrología, de la verdad. Es representada con una corona de estrellas y un globo terráqueo o celeste, que mide con un compás. De las estrellas aparece cuajado su manto azul. A sus pies se encuentran algunos instrumentos matemáticos.
4. Érato patrocina la poesía lírica y amorosa. Es la inspiradora del amor. Se representa con una lira, laúd (instrumento de la armonía inventado por ella), o una viola, un cisne, o una flecha. A veces está coronada de mirto y rosas. A sus pies suelen figurar dos tórtolas picoteando y a su lado un amor alado provisto de un arco, un carcaj o una antorcha encendida.
5. Euterpe (“la de agradable genio”), la musa musical, coronada de flores, sostiene un aulos (doble flauta) o una flauta simple y partituras. A veces se rodea de flautas, oboes, panderos, instrumentos musicales en general.
6. Polimnia, patrocina la retórica, la pantomima, la mímica, el canto y la religión. Vestida de blanco, recamada de pedrerías, con un gesto serio o pensativo, sostiene un cetro o unas cadenas como símbolo del poder que ejerce la elocuencia y la acompaña un instrumento musical, generalmente un piano. En su mano izquierda es depositaria de la tradición, mientras que con la derecha indica silencio. Es la musa que le enseñó la agricultura a los hombres.
7. Melpómene, la musa de la tragedia, posee una corona, y una máscara trágica. Una espada o un puñal en su mano derecha indica la penetración en el misterio del más allá y el dolor que nos enseña en la vida a través de la experiencia. Su vestimenta es más rica, su actitud grave, y su mirada severa. Empuña un cetro o una máscara, y a veces algunas coronas o un puñal ensangrentado. En su frente lleva una diadema o una guirnalda, y se calza con coturnos. A veces se apoya sobre una maza para indicar que la tragedia es un arte difícil que exige un genio privilegiado y una gran imaginación.
8. Talía, la musa de la comedia, de la alegría, es de aspecto jovial, vivaracho y burlona mirada. Posee una viola, una máscara cómica y un pergamino. Una corona de hiedra (planta perenne, símbolo de la inmortalidad a la que aspiran los poetas) circunda su cabeza y calza sandalias.
9. Terpsícore, la musa de la danza, porta un instrumento musical de cuerda (una viola, un arpa, una lira), o una pandereta, y algunas guirnaldas de flores. Tiene aspecto jovial, esbelto y una actitud ligera.
Habían nacido en la cumbre del Piero y moraban en el Párnaso de doble cima, en la Fócida, en el Pindo, en Tesalia, en el Helicón y en Aonia o Beocia, en las riberas del río Permeso y junto a las fuentes de Castalia, Hipocrene y Aganipe. Cabalgaban sobre Pegaso, el caballo alado.
Zeus solía llamarlas a su lado, en el Olimpo, para escucharlas cantar las maravillas de la naturaleza.
Un día, vagando por la campiña se alejaron de sus moradas, y fueron sorprendidas por un vendaval, que las llevó a buscar refugio en el cercano palacio del tirano Pireneo, Rey de la Fócida, quien las encerró para esclavizarlas.
Pero las musas se proveyeron de alas, y huyeron como pájaros. Pireneo intentó alcanzarlas subiendo a lo alto del palacio, y lanzándose tras ellas, pero se mató al caer al vacío.
También cuenta la historia que las Piérides (hijas de Piero, rey de Macedonia), ufanas de creerse dotadas de excepcional talento en la música y la poesía, cruzaron la Tesalia y Grecia para competir con las musas la primacía del canto.
-Si sois vencidas -dijeron a las musas- nos cederéis el Parnaso y las floridas riberas del Hipocrene; pero si obtenéis la victoria, os daremos los valles de Macedonia y nos refugiaremos en los montes nevados de la Tracia.
Aceptaron el desafío y las Piérides cantaron largos y monótonos versos celebrando la epopeya de Júpiter y los Gigantes, prodigando desmesuradas alabanzas a la bravura de los hijos de la Tierra. Era un canto sin vida, sin gracia, sin trabazón ni concordancia. Calíope les respondió con un himno al poder infinito del Señor del Universo, y su creación desde el soplo de la vida. Luego cantó la historia de Deméter, su eterno vagar, su solicitud maternal, sus alternativas de temor y esperanza y los grandes beneficios por ella prodigados, que le hicieron digna de tantos templos y altares levantados en su honor.
Las ninfas, en calidad de jurado, dictaminaron victoriosas a la musa. Las hijas de Piero irrumpieron en protestas y agresiones, por lo que al instante se convirtieron en urracas, quedando sus cuerpos cubiertos de plumas blancas y negras y mostrándose siempre charlatanas e inoportunas
Los atenienses, amaban la poesía, por lo que erigieron un suntuoso altar para las musas.
Roma les consagró tres templos, en uno de ellos se las invocaba como Camenes o cantoras, y celebraban en sus himnos las hazañas de héroes y dioses.
Lic. Tamara Le Gorlois
http://
Notas sobre:
No hay comentarios.:
Publicar un comentario