Como en otras ciudades del mundo, Buenos Aires tiene por primera vez un sistema público de alquiler. Es para los vecinos y hay que registrarse. Y las bicis se retiran en tres estaciones.
En diciembre de 2007, cuando la Legislatura porteña creó por ley un sistema público de alquiler de bicicletas, su implementación parecía una utopía. Tres años después, el bicing está por convertirse en realidad.
Ya hay cien bicicletas a disposición de los vecinos de la ciudad, distribuidas en tres estaciones ubicadas en la Facultad de Derecho, Retiro y la plaza de la Aduana. El plan oficial es llegar a las 500 bicicletas y 12 estaciones en los próximos tres meses.
El sistema es gratuito, aunque para poder usar las bicicletas hay que registrarse. El trámite se puede iniciar por Internet, a través de www.mejorenbici.gov.ar, para después completarlo en las estaciones presentando DNI, un servicio a nombre del solicitante y fotocopias de ambos. Además, en la estación le sacan una foto al usuario y le hacen firmar una declaración jurada de aceptación de las condiciones del alquiler.
Hay tres estaciones con capacidad para 34 bicis cada una. Están en la Facultad de Derecho, en Figueroa Alcorta, entre Francisco Romero y Julio Víctor González; en la Plaza Fuerza Aérea de Retiro, en Ramos Mejía, entre Gilardi y Libertador, y en la Plaza de la Aduana, en Moreno, entre Azopardo y Paseo Colón. Serán antivandálicas y contarán con cámaras.
Desde estos puntos se puden retirar las bicis, que tienen un diseño fácilmente reconocible y adaptable a todo tipo de usuario. Se alquilan con un casco , de lunes a sábado, por dos horas. Pueden ser devueltas en cualquiera de las estaciones y hay un vehículo de servicio para redistribuirlas según haga falta. Para el que no las devuelva o lo haga después de las dos horas, hay penalidades que consisten en no poder usar el sistema por cierta cantidad de tiempo. Si alguien se queda con la bici, se iniciarán acciones legales.
En la subsecretaría de Transporte anticipan que, en los próximos tres meses, irán ampliando el sistema hasta llegar a las 500 bicicletas y las 12 estaciones. Las próximas estarán en Plaza Roma, en el Correo Central, en la Facultad de Ingeniería, en Parque Lezama y en Puerto Madero. Además, se duplicará la capacidad de la de Retiro.
Por ahora, es un sistema de prueba. Falta testear el comportamiento de los usuarios. Para esto, se utilizará un software de gestión que permitirá registrarlos y controlar si cumplen con los tiempos de uso. También brindará estadísticas sobre la demanda o los flujos de uso de las bicicletas. En función de los resultados, el sistema se extenderá hasta llegar a una cantidad de al menos 5.000 bicicletas.
Por ahora, en cada estación habrá personal del Gobierno porteño para entregar y recibir los rodados. Pero más adelante, las estaciones serán automatizadas y cada usuario tendrá una tarjeta, como ocurre en la ciudad de Barcelona.
La gestión macrista ya construyó 42 kilómetros de ciclovías protegidas y apuesta a convertir a la bicicleta en un medio de transporte más. Predica con el ejemplo: tanto el jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, como el subsecretario de Transporte, Guillermo Dietrich, usan la bici para muchos de sus desplazamientos. El argumento oficial es que la mayoría de los traslados no superan los 5 kilómetros, una distancia que puede recorrerse en bicicleta. Sobre todo, en una ciudad como Buenos Aires, que tiene muy pocas pendientes.
“Todavía falta para que el bicing que implementarán pueda ser considerado un transporte público –opina Néstor Sebastián, de la Asociación de Ciclistas Urbanos–. Apoyamos la obra que está haciendo el Gobierno porteño, pero disentimos con algunos recorridos o prioridades. Una ciclovía como la de la calle Rincón no tiene sentido si no se continúa por Junín o Uriburu. El sistema podría funcionar si se hicieran corredores transversales. Por ejemplo, uno paralelo a la avenida 9 de Julio”.
Desde Luchemos por la Vida, Alberto Silveira cuestiona la seguridad de la bicicleta: “No es prudente impulsar su uso como transporte público hasta que se garantice la seguridad con una infraestructura adecuada. Falta una red planificada de bicisendas, porque las que se hicieron están en la mano izquierda, cuando debieran estar en la derecha. Además, falta control, sanción y educación para que el ciclista cumpla con las normas”.
En el Gobierno porteño prometen que para fin de año habrá 55 kilómetros de ciclovías. Y sueñan con un sistema público de alquiler de bicicletas para recorrerlas que, algún día, cuente con 20.000 rodados. Como en París.
Por Nora Sánchez
28/11/10
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