Carlos Keen, Villa Ruiz, Azcuénaga y Uribelarrea son parte del programa Pueblos Turísticos, que busca rescatarlos del olvido.

Por ahora son cuatro, pero hay cerca de 40 en lista de espera.

Carlos Keen (en el partido de Luján), Villa Ruiz, Azcuénaga (ambas en San Andrés de Giles) y Uribelarrea (Cañuelas) son las cuatro localidades que forman parte del programa Pueblos Turísticos, iniciativa del gobierno de Buenos Aires que busca inyectarles vida a estos pueblitos, evitando que se los coma el tiempo y el olvido.Porque ya no pasa más el tren, porque cerró la empresa que era la principal fuente de empleos, porque se fueron los jóvenes..., lo cierto es que muchas de estas localidades rurales están condenadas a desaparecer. Y eso es lo que el programa -del que participan la Secretaría de Turismo de Buenos Aires, el Ministerio de Producción y el Banco Provincia- justamente intenta revertir, apostando al desarrollo turístico de estos lugares, generando puestos de trabajo y fomentando el arraigo de su gente. Claro, los llamados pueblos turísticos deben reunir una serie de condiciones para calificar como tales. Entre ellas, tener menos de dos mil habitantes, estar cerca de la ciudad de Buenos Aires (en un radio de 100 km, para ser precisos) y contar con potencial turístico, por supuesto. Antiguas casonas, almacenes de ramos generales, pequeños museos, capillas históricas o viejas estaciones de ferrocarril son los principales atractivos de estos vecindarios de veredas arboladas, fachadas de otros tiempos y aires de siesta.
¿Qué se hace con semejante patrimonio? Por empezar, el programa -que nació hace poco menos de un año- se ocupa de capacitar a los pobladores en materia de recreación y atención al cliente, orientándolos desde cómo manejar un restaurante hasta cómo cumplir con las normas de calidad de un queso casero, por ejemplo. Mejorar la infraestructura, colocar carteles y señales, invertir en folletería y ocuparse de la promoción del destino (a través de ferias o eventos regionales) son también parte del proceso.
"Es importante que la gente no siga de largo cuando pasa cerca del pueblo. Que sepa qué visitar y que pueda recorrer el lugar por su cuenta", comentó Sebastián Gastelu, de la Secretaría de Turismo de la Provincia de Buenos Aires.
"La siguiente etapa será la de conseguir interesados en invertir en algún emprendimiento hotelero", agregó Gastelu, al tiempo que explicó que, hasta el momento, las estancias vecinas constituyen las principales opciones de alojamiento.

Pero también se puede pasar el día en cualquiera de estos pueblos, ya sea recorriendo las 16 manzanas de Azcuénaga, visitando la iglesia neogótica donde se filmaron Evita y Juan Moreira, en Uribelarrea, o asistiendo a un espectáculo de jazz en el galpón del ferrocarril de Carlos Keen, ahora reconvertido en centro cultural. Y un dato no menor: hay excelentes restaurantes en todas estas paradas, desde Wimpi y Macedonio en Uribe -como lo llaman los parroquianos-, hasta Angelus, Maclura, Bien de Campo, La Casona y Lo de Tito, en Carlos Keen, pasando por la Posada del Virrey en Villa Ruiz. Entre bombachas de campo o paredes de adobe, se pueden degustar asados a leña, pastas caseras o empanadas de cordero.Y por qué no, más tarde, una ginebrita en alguna pulpería.

Por Teresa Bausili
La Nación. Domingo 07.06.2009

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