Escarabajo


Por Lic. Tamara Le Gorlois

"El escarabajo —según Horapolo—, representa la procreación por “uno solo”, porque este insecto carece de hembra. Cuando el macho quiere engendrar, forma, con los excrementos del buey, una bola a imagen del mundo, que enrolla con sus patas traseras desde oriente hacia occidente, fijando el oriente; entierra esta bola en la tierra durante veintiocho días, y al día veintinueve la tira al
agua."

Cuando este insecto quiere engendrar, camina retrocediendo hacia la región de las tinieblas, el occidente; y el nombre hebreo de escarabajo se forma de la sombra, las tinieblas, de oscurecer, o ensombrecer.

Enrolla con sus patas posteriores la bola a imagen del mundo, entierra esta bola en la tierra, y más tarde la tira al agua: cubre y sumerge.

Es símbolo del drama de la iniciación; la bola de estiércol dentro de la cual debe nacer el nuevo escarabajo es la imagen de nuestro cuerpo en putrefacción; enterrado en el suelo, muere, y renace a una vida nueva al ser fecundado por las aguas bautismales. La iniciación representaba la muerte y un nuevo nacimiento.
El escarabajo es símbolo del mundo terrestre y del hombre, porque, en la doctrina de los misterios, el hombre era el pequeño mundo, y el mundo era el gran hombre.
En las cajas de las momias, el gran escarabajo con las alas desplegadas, que enrolla en sus patas la bola del mundo, representa la muerte y el nuevo nacimiento del neófito celeste.
El hombre es regenerado sólo por Dios; el Dios que abrasa el corazón e ilumina el espíritu, simbolizado por el sol; y Clemente de Alejandría sostiene (Stromat. V), junto con Horapolo (I. 10), que el escarabajo representaba al sol. (12)

El escarabajo, símbolo cíclico del sol, del día y la noche; del sol que renace de sí mismo: “Dios que deviene.”
Es al mismo tiempo un símbolo de resurrección, regeneración, de la sabiduría divina e inmortalidad (10), de la paternidad, del mundo y del hombre. (Horapolo I. 10). (12)

En la Tradición egipcia está vinculado con el dios Jepri (o Khepri) –de la raíz egipcia Jeper que significa nacer o existir, o “el sol naciente”–. Es el ser o aquel que renace por si mismo.

En la pintura egipcia el escarabajo lleva la bola enorme del sol entre sus patas: como el dios solar vuelve de las sombras de la noche, el escarabajo renace, según se dice, de su propia descomposición.

Jepri llevaba el Sol (una bola de fuego en la cual ha depositado su semilla) rodando por el cielo como los escarabajos la bola de estiércol. (10)

La representación del escarabajo con las patas extendidas corresponde al verbo kheper, que significa algo así como “llegar a la existencia tomando una forma dada”.

Sobre momias dotadas de alas de halcón desplegadas, como sobre el sarcófago de Tutankhamon, los escarabajos servían de talismanes y eran invocados, según una fórmula del Libro de los Derechos, como “el dios que está en mi corazón, mi creador que cuida mis miembros”.

Fueron llevados como amuletos (el insecto escondía dentro de sí el principio del perpetuo retorno), portador anímico y protector contra eternos peligros (5), y protector del corazón (10).

El mismo amuleto del escarabajo tiene forma de corazón. (5)

El corazón del occiso, en la escena de la psicostasia, era el testimonio moral del difunto, el juicio de su conciencia. Era importante para el acusado conciliarse con esta parte de sí mismo, que podía decidir su salvación o su condenación.
También se colocaba sobre el corazón del difunto un amuleto que representaba un escarabajo, para impedirle testimoniar contra el muerto: el escarabajo del corazón.

“El corazón es la conciencia; él dirige al hombre y lo censura; es un ser independiente, de una esencia superior, que reside en el cuerpo. Como puede leerse en un ataúd de un museo de Viena: el corazón del hombre es su propio dios” (7, 61,259-260).

El simbolismo proviene esencialmente de las costumbres del escarabajo pelotero, o bolero, que hace rodar su bola, figura del huevo del mundo, de donde nace la vida, la manifestación organizada. Se consideraba así que el escarabajo se engendraba de sí mismo.

En la China se conoce la misma interpretación: “El escarabajo hace rodar su bola, se lee en el Tratado de la Flor de Oro, en la bola nace la vida, fruto de su esfuerzo indiviso de concentración.” Si puede nacer un embrión de la boñiga, se concluye, ¿por qué la concentración del espíritu no podría hacer nacer, en el corazón celeste, el embrión de inmortalidad?

Las glosas taoístas hacen también de la actividad del escarabajo bolero el ejemplo de la habilidad aparentemente inhábil, de la perfección aparentemente imperfecta, de las que habla Lao-tse (c. 45), y que son los criterios de la sabiduría. (7), (9) y (11)

En un texto bastante oscuro del Libro de Chilam Balam, que relata unas tradiciones religiosas mayas, el escarabajo aparece como el lodo de la tierra, en el sentido material y moral del término, llamado a convertirse a pesar de todo en divinidad: “Entonces se presentaron los dioses escarabajos, los indecentes, los que han puesto en nosotros el pecado, los que eran el lodo de la tierra... Atención, hablad y seréis los dioses de esta tierra.” Es probable que los autores de este libro satírico, salidos de los medios indígenas en lucha contra la predicación cristiana de los conquistadores, aludieran a los sacerdotes extranjeros en la forma de escarabajos invasores.

En Irlanda se toma únicamente su simbolismo por su parte negativa. En el ciclo del Ulster, un personaje de alto rango, Dubthach Doel Tenga, es llamado así “Dubthach de lengua de escarabajo pelotero”, porque maneja fácilmente la injuria y este nombre es una metáfora fundada sobre el color obscuro del animal.

En el relato de la Muerte de los hijos de Tuireann, se dice que un escarabajo bolero roe el costado del rey Nuada, que los tres médicos hijos de Diancecht (Apolo) vienen a asistir (1, 16,233-234); (8, 900-907). Este escarabajo pelotero que carcome los costados del rey puede entenderse en el sentido físico, como una lepra, o en el sentido moral, como un vicio. Los hijos del Apolo céltico son tanto médicos del alma como del cuerpo.

El escarabeo se encuentra presente entre las joyas y sellos egipcios a partir del Imperio Medio, confeccionados en piedra o en arcilla vidriada, con la forma de escarabajo, con la base plana donde se tallan los jeroglíficos. Se usaban como anillo, o perforados longitudinalmente, se colgaban del cuello y servían también de amuleto. (2)

Fuentes:

(1) Celticum, suplemento anual de Ogam.
(2) Diccionario de arqueología. Bray Warwick – Trump David. NCL. Barcelona, 1976.
(3) Diccionario de la religión egipcia. Hablan los dioses. Redford Donald B. Crítica. Barcelona.
(4) Diccionario de los símbolos. Chevalier Jean Gheerbrant Alain. Herder. Barcelona, 2009.
(5) Diccionario de símbolos y mitos. Pérez-Rioja J. A. Tecnos.
(6) Diccionario de Símbolos. Cirlot Juan-Eduardo. NCL Barcelona, 1976
(7) Dictionnaire de la civilisation égyptienne, G. Posener.
(8) Le Bestiaire du Christ. Chabonneau-Lassay L. Brujas, 1940.
(9) Les Pères du Système taoïste, Leiden, Paris.
(10) Signos y símbolos. Guía ilustrada de su origen y significado. DK. Cosar Editores.
(11) Sources orientales, La Naissance du Monde, I, Paris.
(12) Los símbolos de los egipcios. Símbolos fundamentales de la Ciencia Sagrada. Du Portal F. Ediciones Obelisco.
(13) Horapolo I.
 
Lic. Tamara Le Gorlois
En Facebook: 

Metamorfosis vs Metempsicosis

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario