Plaza San Martín. La Plata
Foto: Lic. Tamara Le Gorlois


La primera guía turística

Pausanias, historiador y geógrafo, escribió sus conocimientos hacia mediados del siglo II d. C, en forma más práctica que Heródoto y Estrabón. Así su libro “Descripción de Grecia” fue reconocida como la primer “guía turística”.
Describió lugares, obras, anécdotas e historias, recabando lo más relevante de cada región, considerando que no todo merece la pena contarse. Mucha información se perdió, incluso con el correr de los siglos, otras fueron consideradas ficción, pero el trabajo de los arqueólogos ha reivindicado su visión objetiva. Así reflota la historia de los pugilistas griegos que lucharon en Nemea (libro VIII, capítulo XL), donde según la leyenda, Heracles, en uno de sus doce trabajos, mató al feroz león.

Creugante (o Creugas) de Epidauro y Damosseno (o Damoxenos) de Siracusa, peleaban en los juegos de Nemea sin darse tregua ni terminando el combate. El jurado decidió aplicar la cláusula reglamentaria que haría definir el resultado con un único y último golpe para cada contendiente. El sorteo favoreció a Creugante, quien aplicó a Damosseno un golpe en la frente, sin vencerlo.
Pasado su turno, Creugante se sacó las correas de cuero que daban rigidez a la mano y hacían de guante, y se puso en posición de espera del golpe.
Damosseno atacó usando la mano derecha como un ariete demoledor que se clavó en el bajo vientre de Creugante, desviscerándolo y dándole muerte en el acto. Los jueces entendieron que Damosseno actuó arteramente, y alegaron que había dado cinco golpes (le contaron uno por cada dedo de la mano agresora) y no uno solo como la norma establecía, por lo que fue desterrado. Creugante llevó la tradicional rama de apio verde que distinguía al ganador, aunque nunca lo supo, y tuvo su estatua en su Argos natal.
En otro pasaje de su “Descripción” (libro VI, capítulo 9), Pausanias describe otro hecho luctuoso de los púgiles de Epidauro (en el año 492 a.C.).
Según se relata en “Historia de la Educación” de Mario Alighiero M., Cleómedes de Astipalea, enfrentándose como púgil con Icco de Epidauro, mató a Icco en combate y, condenado por los jueces olímpicos por haber actuado deshonestamente, y privado de la victoria, se volvió loco de dolor y regresó a Astipalea. Entrando en la escuela donde había sesenta niños, derrumbó la columna que sostenía el techo; y el techo cayó sobre los niños.
Hacia 1800, Antonio Cánova retoma esta historia y modela las imágenes de los dos pugilistas del combate de Nemea. Hoy están en el Museo Pío-Clementino (sector selecto del Museo Vaticano en Roma) junto al Perseo con la cabeza de Medusa (también famosa obra de Cánova).
Las copias en mármol de Creugante y Damosseno, difieren del original por el púdico agregado de las hojas de parra, ausentes en el Vaticano. A la imagen de Damosseno se le ha dado una expresión más fiera que la pergeñada por Cánova: a la mano agresora se le cortaron los dedos.

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2 comentarios:

  1. Me gustó. Soy de La Plata y no tenía idea de qué se trataba esta escultura en pleno centro de la ciudad.
    Felicitaciones. Muy bueno todo lo que escribís. :)
    Lorena Müller

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  2. Muy, muy bueno. ¡Gracias por compartirlo!
    Saludos

    Rodolfo

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