Historias de locos...

El mamut que gracias al subte llegó a La Plata



Las primeras concesiones para la construcción de subterráneos de Buenos Aires se otorgaron en 1909, pero el primer recorrido en la historia de los subtes recién se llevó a cabo el 1° de diciembre de 1913 a las 15.25. Correspondió a la línea A, y transportó a cientos de pasajeros, desde Plaza de Mayo hasta la estación Primera Junta, en el barrio de Caballito.

La línea B, que construyó la compañía Lacroze Hnos. -empresa originada por los pioneros del tranvía-, se inauguró diecisiete años después que la A, el 17 de octubre de 1930. Cubría el trayecto desde (chacarita hasta la estación Callao e hizo que los argentinos conocieran tanto el molinete como la escalera mecánica. Este adelanto técnico fue sugerido por el ingeniero Phillip Massey cuando se buscaba resolver el problema que originaba la profundidad de algunas estaciones. Era necesario armar un entrepiso subterráneo donde se ubicaría la boletería y un nivel más profundo, donde se hallaría la plataforma para acceder a los vagones. Desde la calle hasta la boletería se bajaba por medio de una escalera clásica. Y para descender a la plataforma, se empleaba la mecánica.

En Callao, Pasteur y Agüero -actual Carlos Gardel-, los porteños se maravillaban con esa novedad tecnológica. Utilizar la escalera mecánica de esas estaciones era parte del paseo. Más adelante fueron instaladas en la estación Pueyrredón.

Aquel 17 de octubre de 1930 fueron 190.000 pasajeros los que iniciaron el viaje subterráneo en la línea que todos conocían con el nombre de Lacroze. La compañía continuó las obras hasta la avenida Alem, incorporando cuatro estaciones: Uruguay, Diagonal Norte, Florida y Alem. Fue cuando cavaban esta última estación cuando ocurrió lo insólito. En julio de 1931 los obreros que trabajaban duro con piquetas y palas descubrieron huesos gigantes y alguien tuvo la feliz idea de llamar a expertos. Se trataba de los restos de un mamut, fijados a unos cuantos metros de profundidad, Corrientes y Alem. El 12 de septiembre lo retiraron ante la multitud de curiosos.
Lo que queda de este mamut porteño hoy descansan en la ciudad de La Plata.

“La tumba del mamut”, de Historias insólitas de la historia argentina. Daniel Balmaceda. Editorial Norma.

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