Turismo rural: un debate entre conservación y explotación de los recursos.
El 90% del suelo está en manos de productores que pueden conservar y recibir visitantes.


Para algunos movimientos ecológicos la naturaleza tiene una posición prioritaria por sobre la actividad humana y por ende sobre la cultura. En el extremo de estos movimientos es posible encontrar enfoques que sustentan la necesidad implementar políticas que disminuyan la tasa de crecimiento de la población como una estrategia conservacionista.

Pese a la globalización, la mirada sobre la naturaleza también varía según el grado de desarrollo de las sociedades. Son más propensas a invertir en su conservación las de mayor grado de desarrollo, que las más empobrecidas.

En varias zonas del país asistimos a una revalorización de los establecimientos agropecuarios que sorprende a los productores tradicionales por los elevados valores que se pagan por los predios y que en la mayoría de los casos deja fuera de competencia a los productores locales interesados en adquirirlos con objetivos productivos tradicionales. Esto se replica en comunidades nativas y ejidos campesinos de América Latina.

La flora y la fauna son, junto a la cultura, los principales recursos sobre los que se desarrolla la actividad turística. Por eso los pastizales naturales adquieren un valor que hasta hace poco no era tomado en cuenta, al ser ecosistemas biodiversos son un soporte para el desarrollo turístico. La fauna que vive en el pastizal es un sustento valioso del turismo rural.

Como se ha indicado los recursos naturales son pasibles de un aprovechamiento consuntivo o no consuntivo. En nuestra perspectiva uno no es mejor que otro para la conservación en tanto el consuntivo esté correctamente regulado y controlado.

Debido a una cierta concepción ideológica la mayoría rechaza la caza, un uso consuntivo de la naturaleza, pero no la pesca -otro uso consuntivo- evidenciando una valoración cultural de los animales, sin embargo la cacería en muchos casos contribuye a la conservación de la fauna además de ser una fuente de ingresos.

El uso no consuntivo de la naturaleza es el que se realiza a través de actividades turísticas recreativas o de esparcimiento. Así como el uso consuntivo exige regulaciones estatales para la conservación, el uso no consuntivo también.

En los sistemas productivos privados la conservación de la naturaleza responde al principio del costo de oportunidad. La gente sólo la cuida si ésta "paga" su parte. El turismo rural es una de las vías en las que la naturaleza paga su parte convirtiéndose así en un instrumento de desarrollo económico a la vez que de conservación. El turismo rural también favorece el encuentro y las coincidencias de las diferentes posturas sobre los ecosistemas.

Más del 90% del territorio nacional está administrado por productores rurales, y si estos no están motivados a conservar la naturaleza el esfuerzo que se haga en la reducida superficie de Parques Nacionales y reservas de naturaleza se disipa.

El turismo basado en la naturaleza no es una moda, se basa en un recurso crecientemente escaso y en nuevas demandas de la sociedad fundadas en la búsqueda de una mejor calidad de vida, es una tendencia que llegó para quedarse. Sin embargo nadie puede asegurar que serán los actuales habitantes de las zonas rurales quienes se beneficien con él.

Los inversores externos y los "neorurales", gente que se muda a la ruralidad buscando una mejor calidad de vida, suelen ser los más exitosos emprendedores de turismo rural. No objetamos, ni a la inversión externa, ni a la de los habitantes de las ciudades que descubren en el campo una oportunidad de negocios y de vida, pero estamos comprometidos con el desarrollo de las zonas rurales y con quienes las habitan. Allí debe estar la prioridad para los proyectos turísticos.

El turismo rural para ser un efectivo instrumento de valoración de la naturaleza y promotor del desarrollo de los territorios rurales requiere: Una legislación que considere a la actividad como una modalidad más de las que adopta la producción agropecuaria, Una desregulación de las normativas de comercialización que movilice las iniciativas de los emprendedores, Coordinación de acciones y políticas de los organismos con competencia en la temática rural, agraria, de conservación de la naturaleza y de la cultura. Una política de promoción que mire el mercado interno y estímulos para la capacitación de la población rural. El turismo rural es una nueva forma de cultivar la tierra y una nueva manera de valorizar la naturaleza y la cultura del mundo rural.

Ernesto Barrera, titular del Área de Turismo Rural de la Facultad de Agronomía de la UBA.
http://www.clarin.com/suplementos/rural/2009/09/12/r-01997017.htm

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