Visitas a la cripta del Santísimo Sacramento
Ubicada bajo el templo de Retiro, puede visitarse los viernes, de 8 a 16.30, que es el horario de limpieza del templo principal, y los sábados, en los que se celebran casamientos en el templo principal.
La basílica del Santísimo Sacramento, del barrio de Retiro, brillará el próximo 23 de junio del 2011 cumpliendo 100 años. La ceremonia se hará en el subsuelo del templo en San Martín 1039. A las 19, el vicario general del arzobispado de Buenos Aires, monseñor Joaquín Sucunza, celebrará una misa por el primer centenario de la cripta, que fue inaugurada en 1911, cuatro años antes que la basílica del nivel superior.
Ambos templos son del mismo tamaño -en cada uno caben unas 800 personas- construidos por un mismo arquitecto, el sacerdote salesiano Ernesto Vespiniani, y financiados por una única persona, Mercedes Castellano de Anchorena.
Levantados sobre el terreno desnivelado que bajaba al río, las dos iglesias fueron diseñadas con la intención de favorecer la adoración permanente del Santísimo Sacramento. Para esto, "traídos por la señora de Anchorena, vinieron en 1903 los sacerdotes de la Congregación del Santísimo que había fundado, en 1856, san Pedro Julián Eymard en París.
Con un estilo románico más sencillo que el templo principal, la cripta está hecha con materiales de la calidad más alta que se encontraba en Europa a principios del siglo XX: piso granítico de Alemania; mármoles y luminarias de Italia; columnas de piedra de una sola pieza, y bancos de maderas de Brujas, Bélgica.
El altar, revestido de piedra ónix conserva una "joya que pasa inadvertida", según el párroco, que es el baldaquino, donde se coloca la custodia con el Santísimo para su adoración. "Esa cúpula es una sola pieza de ónix muy difícil de conseguir", dijo el padre Jiménez.
Al construir la cripta, Vespiniani quitó del proyecto inicial dos hileras de columnas, con las que Mercedes Anchorena mandó construir otra iglesia: Nuestra Señora de las Mercedes, hecha en su honor, en Echeverría al 1300, en Belgrano.
La cripta se llamará san Pedro Julián Eymard, fundador de la congregación sacramentina. / Soledad Aznarez. Se construyó en sólo tres años y siempre funcionó y funciona como iglesia.
El sacerdote también ofreció guiar a personas o grupos que quieran conocer en detalle la historia de la cripta en la que descansan los restos de la benefactora y los del cardenal Santiago Luis Copello, que fue muy amigo de los sacerdotes sacramentinos.
Martes 21 de junio de 2011
Silvina Premat LA NACION
Foto de Soledad Aznarez
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