Pecio de barco mercante en Puerto Madero

El pecio de la nave mercante hallada en Puerto Madero se trasladó hasta Barraca Peña, un antiguo almacén que fue también una estación ferroviaria, pegada al Riachuelo, en La Boca.

En su nuevo destino, Barraca Peña, selo vuelve a enterrar para que se conserve (es que el aire es el peor enemigo de la embarcación). Y se exponen los cañones y otros objetos.
Fue una alternativa que se barajó desde el principio: mantener enterrado el galeón español del Siglo XVIII que se descubrió el 29 de diciembre de 2008 en el Dique 1 de Puerto Madero. Fue el mayor hallazgo arqueológico de la Ciudad.

Conservada durante más de dos siglos en fango, la modificación de su ambiente acelera la descomposición de la madera. En el mundo sobran ejemplos de la lucha por la conservación de tesoros arqueológicos. El caso más famoso es el del Vasa: la nave de 1628 y naufragó frente a las costas de Estocolmo (Suecia) el mismo día que zarpó. Fue reflotada en 1961 y desde entonces los especialistas luchan con toda la tecnología a disposición para evitar su descomposición.

Uno de los directores del "Pecio Proyecto Zencity" -el nombre con el que fue bautizado el hallazgo- es el doctor en arqueología Marcelo Weissel. Cuando habían pasado unas pocas semanas del descubrimiento Weissel ya había anticipado su diagnóstico: el galeón debería continuar enterrado. Es una doctrina documental escrita y establecida en documentos de la Unesco y del Icomos (las siglas en inglés del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios). Una doctrina que aconseja que los hallazgos regresen al lugar en donde ha quedado demostrado que su conservación es posible. Lo importante es garantizar la conservación y ésta es la opción más viable.
La nave española se estima que naufragó cuando su casco impactó contra un obstáculo -quizá un banco de arena- está enterrado a un promedio de 8 metros, en paralelo a la calle Pierina Dealessi. Allí, desde el nivel de la calle, colocarán una estructura para izarlo. La idea es levantarlo lo más entero posible. Es complejo porque la nave está perforada por once columnas, sobre las que se apoya Pierina Dealessi. La estructura se trasladará a Barraca Peña donde se realizará un re-enterramiento controlado, que quedará monitoreado. Y allí se montaría un museo o un centro de interpretación.
Los trabajos demandarán entre 60 y 90 días. Será uno de los momentos más importantes para la historia de la Ciudad", remarcó el ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi.

Más allá de la importancia de la conservación del hallazgo -que por ley es propiedad de la Ciudad- lo cierto es que la nave mercante no podía quedar en el Dique 1 de Puerto Madero. En ese terreno la familia Fernández Prieto trabaja a contrarreloj para inaugurar una torre de oficinas, el complejo de viviendas Zencity, un centro comercial, un hotel y cocheras. En un principio Alberto Fernández Prieto había estudiado la posibilidad de colocar sobre el galeón una cobertura vidriada para que pudiera quedar en el lugar y fuera visitado por la gente. Pero luego reveló que era imposible, por el costo.
Finalmente el Ministerio de Cultura correrá con los gastos para proteger al mayor hallazgo arqueológico de la Ciudad: el traslado costará alrededor de $ 500.000.

A lo largo de 2009, los arqueólogos rescataron numerosos objetos: cuatro cañones, vasijas de diferentes formas y tamaños, herramientas, platos, tazas, piedras que se usaban para el lastre, toneles, amarras y pipas, entre muchas otras cosas. Todos fueron trasladados a un laboratorio montado ex profeso por la Dirección General de Patrimonio e Instituto Histórico. Allí trabajan, además de los tres directores del proyecto, otras 12 personas. Por ejemplo, a través de los análisis de carbono 14 sobre los restos hallados, intentarán determinar aún con más precisión las posibles épocas y fechas históricas de los restos.

Clarín, 9 de enero 2010

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