Lo mejor es servirlo más frío que natural, porque sólo así puede llegar a la temperatura justa en la copa. Fresco sí; helado no. Es preferible enfriar la botella con agua helada en una frappera que ponerla en el freezer.
Las temperaturas ideales para cada tipo de vino son:
ESPUMANTES Frescos y frutados, de 5 a 7 ºC. Complejos y de gran volumen, de 7 a 9 °C.
BLANCOS Jóvenes y frescos, de 9 a 10 °C. Grandes blancos, de 10 a 12 °C.
ROSADOS Frutados y livianos, de 10 a 12 °C. Elegantes y estructurados, de 12 a 14 °C.
TINTOS Jóvenes y ligeros, de 14 a 16 °C. Grandes tintos de guarda, de 16 a 18 °C.
DULCES Blancos y tintos de cosecha tardía, a 5 ºC. Licorosos con gran cuerpo, de 7 a 9 °C.
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