Podemos encontrar
la vitamina B principalmente en alimentos de origen animal: leche, huevos,
carnes, sobre todo carne roja, mariscos y pescados estos alimentos son ricos en
vitamina B.
Se da su deficiencia
por falta de consumo. Los veganos tienen alto riesgo por falta de vitamina B12.
La segunda forma de
deficiencia es por falta de buena absorción. Para absorber y aprovechar esta
vitamina de los alimentos, necesitamos ácido en el estómago y en el intestino.
Con el paso de los años vamos perdiendo parte de esta capacidad de producir ácido
y esto puede llevar a una deficiencia de vitamina B, por eso los ancianos
también están en un grupo de riesgo.
Un estudio evaluó
a mayores de 65 años y el 20% tenía deficiencia de vitamina B.
Quienes tuvieron
una cirugía bariátrica (aplicada en casos de obesidad severa para perder peso),
como a veces la parte que producía ácido fue removida, sin parte del estómago o
intestino, se producen problemas en la absorción.
Otra situación es
por una enfermedad autoinmune: el cuerpo no produce el factor intrínseco
necesario para absorber la vitamina B12 en el intestino.
Esta condición se
llama gastritis atrófica o anemia perniciosa, o tiroiditis de Hashimoto (la
forma más común de hipotiroidismo autoinmune, es una enfermedad tiroidea), hipertiroidismo;
y enfermedad celíaca.
Para absorber la vitamina
B las embarazadas, necesitan un mayor consumo.
La tercera causa de deficiencia de B12 es por
necesitar un mayor consumo, tal como ocurre durante el embarazo o la lactancia.
Los que beben
mucho alcohol también están en riesgo.
Quienes toman ciertos
medicamentos, especialmente la metformina en diabéticos, los medicamentos que
reducen el ácido estomacal como omeprazol, pantoprazol, esomeprazol, ranitidina
y cimetidina
Algunos síntomas
de la falta de Vitamina B12 son:
El primer signo
es pérdida de memoria. La B12 ayuda a formar la capa de mielina en las neuronas.
Si falta B12 puede ocurrir desmielinización.
Su falta sin tratar
puede causar demencia, lo cual puede ser reversible, mejorando, corrigiendo el
suministro de B12.
Otro signo es la
anemia, pues la B12 ayuda a producir glóbulos rojos (su falta se manifiesta con
fatiga, cansancio, palidez al despertar y en casos graves, problemas cardíacos
y falta de aire al subir escaleras, por ejemplo.
La B12 tiene dos
funciones fundamentales:
La primera es en nuestro sistema nervioso central: la memoria, por ejemplo.
La vitamina B12
es esencial para la mielinización de nuestras neuronas (la capa que envuelve
las neuronas). Necesitamos esta vitamina para que la comunicación neuronal sea
óptima.
La segunda función es en la producción de glóbulos rojos, usándola
como sustrato. Con falta de vitamina B12 podemos desarrollar anemia y esta
anemia se produce con glóbulos rojos más grandes (llamada anemia megaloblástica).
Vemos en un hemograma que tiene varias siglas; una es bcm volumen corpuscular,
medio que evalúa el tamaño celular. El tamaño normal de las células es de entre
80 y 100. En la deficiencia de B12 este valor puede subir 110 o 120, lo que indica
glóbulos rojos aumentados.
La falta de ácido
fólico provoca anemia megaloblástica. La anemia más común es por falta de
hierro; la falta de hierro, al contrario, reduce el tamaño de glóbulos rojos (volumen
menor a 80 microcitosis, glóbulos rojos pequeños).
La falta de B12
puede producir:
Hormigueo (parestesia),
menos sensibilidad en dedos de manos y pies, piernas y brazos sientes hormigueo
en los pies.
Su falta también
puede generar cambios de humor, porque también participa en nuestro sistema
nervioso central. Quienes tienen esta deficiencia son más propensos a la
depresión.
Caída del cabello.
Alteración del equilibrio.
Cuando la B12 está baja, puedes marearte, perder el equilibrio e incluso tener
dificultad para caminar.
Puede afectar tu
visión. Aumenta el riesgo de degeneración macular, asociada a la edad. La
degeneración macular es una enfermedad ocular que afecta la mácula, la parte
central de la retina responsable de la visión central clara y detallada que
necesitamos para actividades como leer, conducir y reconocer rostros. Esta
condición es una de las principales causas de pérdida de visión en personas
mayores de 50 años.
Hay dos pruebas
que pueden hacerse antes de que baje la B12: la homocisteína y el ácido
metilmalónico.
Evaluamos la
deficiencia de vitamina B12 mediante un análisis de sangre. La B12 puede
alterar el hemograma, así como la falta de ácido fólico, vitamina B6 y hierro.
La B6 es más difícil de medir, pero cuando sospechamos de una deficiencia de
B12, en casos de anemia, por ejemplo, hay que medir el hierro y el ácido fólico
también.
El ácido fólico,
también conocido como vitamina B9, es un nutriente esencial que juega un papel
fundamental en varias funciones biológicas en el cuerpo humano. Su deficiencia
puede llevar a problemas como anemia, mayor riesgo de enfermedades
cardiovasculares y complicaciones durante el embarazo.
El ácido fólico
es crucial para la síntesis, reparación y metilación del ADN, que son procesos
esenciales para la división y el crecimiento celular. Esto es particularmente
importante en períodos de rápido crecimiento, como el embarazo y la infancia.
Contribuye a la
formación de glóbulos rojos en la médula ósea. La deficiencia de ácido fólico
puede llevar a anemia megaloblástica, una condición en la que los glóbulos
rojos son más grandes de lo normal y no funcionan correctamente.
Participa en el
metabolismo de aminoácidos, incluyendo la conversión de la homocisteína a
metionina. Niveles elevados de homocisteína pueden estar asociados con un mayor
riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Como parte del
complejo de vitamina B, el ácido fólico contribuye al metabolismo energético
normal y al funcionamiento adecuado del sistema inmunológico.
Es esencial durante
el embarazo, especialmente en las primeras semanas, ya que ayuda a prevenir
defectos del tubo neural en el feto, como la espina bífida y la anencefalia.
Por ello, se recomienda que las mujeres en edad fértil tomen suplementos de
ácido fólico antes y durante el embarazo.
Fuentes de ácido fólico:
Alimentos vegetales
de hojas verdes (como espinacas y brócoli), legumbres, frutas cítricas, hígado
y cereales fortificados.
Suplementos de
ácido fólico: se recomiendan para asegurar que se cubran las necesidades
diarias, especialmente en mujeres embarazadas o que planean quedar embarazadas.
Tamara Le Gorlois
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