Si no vives en una Zona Azul, créala. Los secretos de la longevidad

El término Zonas Azules fue acuñado por el investigador Dan Buettner y un equipo de demógrafos, científicos y periodistas, quienes identificaron cinco regiones del mundo donde las personas tienen una expectativa de vida más alta y una mayor proporción de centenarios (personas que viven más de 100 años).

 

Las cinco Zonas Azules son:

  1. Okinawa, Japón: Conocida por su dieta rica en verduras, tofu, pescado y la práctica de Hara Hachi Bu, la práctica del perdón y el propósito de vida.
  2. Cerdeña, Italia: Específicamente la región montañosa de Barbagia, donde la dieta mediterránea, rica en legumbres y vino tinto, y una vida físicamente activa contribuyen a la longevidad.
  3. Nicoya, Costa Rica: Los habitantes siguen una dieta basada en granos, frutas frescas, y tienen un fuerte sentido de propósito y comunidad.
  4. Icaria, Grecia: Esta isla del mar Egeo es famosa por su dieta rica en hierbas y vegetales, además de un estilo de vida relajado y comunitario.
  5. Loma Linda, California, EE. UU.: Hogar de una comunidad de Adventistas del Séptimo Día que siguen una dieta vegetariana, no fuman, no beben alcohol y practican un fuerte sentido de fe y comunidad.

¿Qué hace especial a las Zonas Azules?

  1. Estilo de vida activo: Las personas en estas regiones no suelen hacer ejercicio de manera formal, sino que son físicamente activas a lo largo del día mediante actividades cotidianas como caminar, jardinería y trabajos manuales.
  2. Dieta basada en plantas: Sus dietas son predominantemente vegetales, con un consumo alto de legumbres, frutas, verduras, granos enteros y una baja ingesta de carnes y alimentos procesados.
  3. Conexiones sociales fuertes: La familia, los amigos y la comunidad juegan un papel crucial en la vida diaria, brindando apoyo emocional y reduciendo el estrés.
  4. Sentido de propósito: Tener un propósito claro en la vida (“Ikigai” en Okinawa o “plan de vida” en Nicoya) ayuda a mantener la motivación y la satisfacción personal.
  5. Reducción del estrés: Las prácticas para gestionar el estrés, como la siesta en Icaria, la oración en Loma Linda o los rituales diarios en Okinawa, el perdón y la vida estoica, entre otros, ayudan a mantener la salud mental y física.
  6. Consumo moderado de alcohol: Excepto en Loma Linda, donde los adventistas evitan el alcohol, en otras Zonas Azules el consumo de vino es moderado, especialmente en Cerdeña.

Okinawa como Zona Azul

En Okinawa, el enfoque en una dieta rica en vegetales, la práctica de Hara Hachi Bu, y una fuerte red social, conocida como “Moai” (grupos de apoyo social), y prácticas del perdón, contribuyen a la alta longevidad de sus habitantes. Además, la cultura de respeto hacia los ancianos y una vida activa, incluso en la vejez, son características fundamentales.

Las Zonas Azules no solo nos muestran que es posible vivir más tiempo, sino también cómo hacerlo con una calidad de vida superior, combinando hábitos alimenticios, actividad física moderada, y un entorno social saludable.

Okinawa se destaca, por sobre todo, por su espíritu resiliente y la práctica del perdón, especialmente en el contexto histórico y cultural que siguió a la Segunda Guerra Mundial. Esta capacidad para perdonar y convivir pacíficamente, incluso después de experiencias traumáticas, ha influido en la cultura de la isla y en la longevidad y bienestar de sus habitantes.

Contexto histórico: Okinawa y la convivencia con los estadounidenses

  1. Batalla de Okinawa (1945):
    • Durante la Segunda Guerra Mundial, Okinawa fue el escenario de una de las batallas más sangrientas entre las fuerzas estadounidenses y japonesas. La isla sufrió devastación masiva, con una gran pérdida de vidas tanto militares como civiles.
  2. Ocupación y bases militares estadounidenses:
    • Tras la guerra, Okinawa fue ocupada por los Estados Unidos hasta 1972, mucho después de que el resto de Japón recuperara su soberanía en 1952. Incluso después de la devolución de Okinawa a Japón, una considerable presencia militar estadounidense permanece en la isla hasta hoy.
  3. Convivencia y resiliencia:
    • A pesar de la difícil historia, los okinawenses han desarrollado una notable capacidad para convivir con la comunidad militar estadounidense. Han creado una cultura de adaptación y aceptación, encontrando formas de coexistir pacíficamente a través del tiempo.
    • Esta convivencia no ha estado exenta de tensiones, pero los okinawenses se caracterizan por su actitud de perdón y su enfoque en el presente y en el bienestar comunitario.

Práctica del perdón en la cultura de Okinawa

  1. El perdón como parte de la salud mental y la longevidad:
    • En Okinawa, se valora mucho la paz interior, el equilibrio emocional y el perdón como parte del bienestar. Se cree que estos factores contribuyen a reducir el estrés, mejorar la salud mental y, en consecuencia, prolongar la vida.
    • La práctica del perdón ayuda a liberar resentimientos y emociones negativas que podrían afectar la salud física y emocional.
  2. Espiritualidad y tradición:
    • Las tradiciones espirituales de Okinawa, que combinan el sintoísmo, el budismo y creencias locales, fomentan una visión del mundo en la que la armonía, tanto con los demás como con uno mismo, es fundamental.
    • Los rituales y las prácticas de conexión con los ancestros también promueven el respeto mutuo y la aceptación de las circunstancias de la vida.
  3. Moai, grupos de apoyo social:
    • Los "moai" son grupos de amigos que se apoyan mutuamente a lo largo de la vida, proporcionando no solo asistencia económica, sino también apoyo emocional y social. Estos grupos refuerzan la importancia de la convivencia pacífica y del perdón dentro de la comunidad.

Okinawa nos enseña que la capacidad de perdonar y de vivir en armonía, incluso en circunstancias difíciles, es factor clave para una vida larga y saludable. Esta filosofía de vida refleja una profunda sabiduría sobre la importancia de la paz interior y la cohesión social.


Tamara Le Gorlois

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