Tenemos entre 60.000 y 70.000 pensamientos en un día, y el
90% de ellos son exactamente los mismos que el día anterior. Conservar los
mismos pensamientos nos lleva a decidir las mismas cosas que el día anterior, y
las mismas decisiones nos llevan a los mismos comportamientos, y por repetirlos
creamos idénticas experiencias, y las mismas experiencias nos llevan a tener
las mismas emociones, que nos inducen a tener los mismos pensamientos. Los
pensamientos, las emociones y las acciones constituyen nuestra personalidad, y
la personalidad es la que genera nuestra realidad; o sea que somos los
creadores de nuestra realidad personal. Si queremos cambiar nuestra realidad,
debemos cambiar nuestra personalidad. Para ello, debemos comenzar por cambiar
nuestros pensamientos. La mayoría de las personas pretenden cambiar su realidad
sin cambiar su personalidad, lo cual es imposible.
Para cuando alcanzamos los 35 años de edad, ya tenemos un
conjunto de comportamientos ya fijados (actitudes, creencias y percepciones que
actúan exactamente igual que un programa informático, lo cual nos hace tomar
conductas en forma inconsciente). O sea que si queremos cambiar, tenemos que
hacer conscientes los pensamientos y comportamientos inconscientes. A partir de
ese momento dejaríamos de ser un simple programa y pasaríamos a tomar control
de las situaciones.
Y suele pasar que al seguir una programación de
características negativas, terminamos enfermándonos. Lo curioso es que al
momento de buscar la sanación, uno busca una sanación externa, la sanación por
medio de la ingestión de alguna píldora. Se han hecho experimentos con pastillas
de azúcar, placebos que no son más que un símbolo. Quien recibe esa píldora
empieza a pensar algo diferente, ahora piensa que puede sanarse: stá escogiendo
una posibilidad diferente en el campo cuántico. Así sale de su letargo; comienza
a sentirse inspirado, entusiasmado, optimista. Y cuando se combina una
intención clara con una alta emoción, comienza a cambiar el estado de la
persona. La pregunta es… ¿necesitamos este placebo? ¿Por qué no salir a buscar al
campo cuántico ese algo diferente, esa actitud positiva, sanadora prescindiendo
de placebos externos? ¿Por qué no recurrir directamente al campo cuántico tantas
veces como sea necesaria hasta ver cambiar nuestro estado, nuestra personalidad?
Se ha comprobado que la capacidad de cura de quien opta por sanarse con cambio
de actitud, logra una sanación más rápida y efectiva que quien recibe el
placebo. En casos de cáncer, diabetes, esclerosis múltiple y el lupus, muchas
personas se han sanado con la constancia en el pensamiento positivo y la
meditación. La parte más difícil de cambiar es la de “no tomar la misma
decisión que el día anterior”. Una vez encaminados en esta actitud, todo es una
incursión en un mundo desconocido, pero de revelaciones sorprendentes. El 90 %
de lo que somos, son hábitos. El secreto está en cambiar los hábitos que no nos
llevan a nada positivo, por buenos habitos.
Lic. Tamara Le Gorlois
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