La liebre, originaria de Europa, se distingue por su color
castaño, gris o blanco; con una mancha negra en la punta de sus largas orejas.
Presentan una hendidura en la mitad del labio superior. Posee cinco dedos en
las garras. Las extremidades posteriores son mucho más largas que las
anteriores y están adaptadas para la carrera.
Una liebre asustada puede llegar a saltar 3 metros, y una vez en el
suelo, puede saltar en ángulo recto para confundir a su perseguidor. En
carrera, pueden alcanzar hasta 70
Km/h. de velocidad.
Su oído y olfato bien desarrollados, las protegen ante los
depredadores.
Hacen sus nidos muy simples, sobre el mismo suelo o entre la
vegetación, en suelos sueltos y secos, donde algún matorral les ofrezca
refugio.
Son una especie muy prolífica, paren una camada de entre
tres y ocho crías, con una frecuencia de entre cuatro y ocho veces al año. El
período de gestación es de alrededor de un mes, y sus precoces crías (gazapos)
nacen completamente cubiertas de pelo y con los ojos abiertos, pudiendo correr
y alimentarse por sí mismas desde el momento del nacimiento.
Las crías alcanzan la madurez sexual a los seis meses de
edad y su longevidad es de hasta diez años.
Su peso adulto es de alrededor de cinco kilogramos, midiendo
de 30 a 60 centímetros de
longitud. Se alimenta de vegetales, inclusive de la corteza de los árboles.
Lic. Tamara Le Gorlois