Tanatopraxia

Lic. Tamara Le Gorlois
Maestra de Ceremonias
Diplomada con Mención de Honor por la tesis Ceremonial Exequial
Foto: Pedro Ara y Eva Duarte

El término Tanatopraxia está compuesto por dos palabras: Tanato, que hace referencia a Thánatos; el dios griego de la muerte y Praxia, de Praxis: Capacidad de actuar sobre orden de los gestos orientados hacia una meta determinada “Práctica”. Así que el significado sería “prácticas con la muerte”.
Se realiza en la Argentina sobre todo a partir de 1980. Este servicio tiene un costo de 650 a 750 pesos y le insume al tanatólogo un trabajo de casi dos horas (información de Cochería Paraná, septiembre 2010).

Por esta técnica se demora la descomposición final de un cuerpo por cierto período, dando la posibilidad a los familiares distantes a rendir el último homenaje al difunto o que el mismo pueda ser enviado a grandes distancias para su sepultura.

Lo que se puede observar a simple vista, luego de la realización de la tanatopraxia, es la apariencia del cuerpo semejante a la existencia en vida, borrando cualquier efecto de enfermedad o sufrimiento, sobre todo en aquellos que hayan padecido una larga dolencia.También facilita el trabajo de magistrados y peritos que manejan casos judiciales complejos.Se trabaja mediante inyecciones en las arterias de borato de sodio, formol, alcohol etílico, ácido fénico y glicerina. También se utilizan ceras y otros productos.
Uno de los casos más difundidos y conocidos en nuestro país fue el embalsamamiento del cuerpo de Evita.
Los cuerpos que han pasado por la tanatopraxia se guardan en una caja metálica -de zinc, bronce o cobre- que va por dentro del ataúd y debe quedar herméticamente sellada con soldadura de estaño.

Un poco de historia...
La momificación ya se aplicaba en Egipto en el 3.000 A.C. pero recién sobre el 2.500 A.C. empezó a practicarse la evisceración y surgieron los primeros embalsamadores profesionales, pero siempre trabajaron para la realeza y después también para los nobles.
Las prácticas embalsamadoras fueron prohibidas por el cristianismo hasta que en el siglo XVII con el descubrimiento de la circulación sanguínea William Harvey, 1628 y el Doctor Frédérick Ruysche 1638-1731 comenzaron a utilizar una técnica de inyección de conservantes para dar un aspecto reposado a los difuntos en la que se utilizaban las arterias para entrar en el sistema vascular y frenaban así temporalmente el avance de la descomposición del cuerpo.
Este sistema se usó para hacer posible la repatriación de los militares del ejército de Napoleón fallecidos durante la campaña rusa a los que inyectaba soluciones de Acetato y sulfato de Aluminio. También conservó a nobles y personas de clase alta pero por el alto coste de la operación se frenó su difusión.
De 1861 a 1865 durante la guerra de secesión numerosos cuerpos fueron conservados en la línea de fuego para después transportarlos a centenares o miles de kilómetros de distancia. Así, la tanatopraxia y el honor militar se unió en Estados Unidos y actualmente se practica sistemáticamente. En Canadá más del 80% de los difuntos son conservados con estas técnicas.Actualmente en Europa algo menos del 3% de los difuntos son conservados. La práctica es casi inexistente en Bélgica y Alemania. En España se impone como condición que la tanatopraxia debe ser operada por médicos, así que es inexistente.
En Gran Bretaña, la tanatopraxia tiene gran interés y junto a Francia son delanteras y la tanatopraxia se practica en el 40% de los difuntos.
Esta práctica está prohibida por la religión islámica y es inexistente en el mundo musulmán, aunque se tolera para permitir repatriar los cuerpos al país de origen. Actualmente, las religiones judía y católica también toleran las prácticas de la tanatopraxia.

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